Las soleras de hormigón constituyen la base fundamental de cualquier obra. Formadas por una capa de hormigón, las soleras son los revestimientos del terreno sobre el que se colocará pavimento para su acabado final. Pero no solo cumplen una función que, a priori, pueda ser estética, sino que serán las encargadas de soportar todo el peso de la construcción. Por ello, la presencia de un profesional en la construcción de las mismas, juega un papel fundamental.
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¿Qué tipos de soleras existen?
Dependiendo del hormigón y la técnica empleada, existen diferentes tipos de acabados que vendrán determinados por el uso, la estética o la durabilidad de la construcción en cuestión.
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Hormigón impreso, con un fin principalmente estético, este tipo de acabado tiene la capacidad de imitar diferentes pavimentos como roca o gres. Es una alternativa muy recomendable para usar en exteriores: alrededor de piscinas, para zonas ajardinadas o, por qué no, en porches.
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Hormigón pulido, su elevada resistencia y su apariencia fina lo convierten en la opción más óptima para aquellos lugares con gran afluencia de gente, como pabellones deportivos o centros comerciales.
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Hormigón desactivado, muy utilizado en parques, terrazas o aceras por su resistencia y durabilidad, ya que su textura en relieve le confiere características antideslizantes.
Cabe mencionar que, en zonas húmedas o zonas donde se prevén problemas de humedad, las soleras de hormigón ventiladas pueden ser la solución, ya que, por su estructura, impiden que la humedad ascienda al edificio por capilaridad.
Contar con los mejores profesionales es garantía de un buen servicio. Por ello, desde Estructuras de Hormigón Rubio & Navarro, como especialistas en hormigón y cimentaciones, te ofrecemos los mejores resultados basados en la experiencia y en la constante supervisión de nuestros trabajos con el objetivo de garantizar la máxima satisfacción de nuestros clientes. Contáctanos y solicita tu presupuesto.