Los muros de hormigón son unos elementos de construcción diseñados para cumplir con la función de cerrar espacios y soportar el empuje horizontal de tierras y fluidos.
Tipos de muros de hormigón
Los muros de hormigón pueden clasificarse según su diseño o su función. Según su diseño, se encuentran los siguientes tipos:
- Con talón y puntera, que para establecerlos es necesario sobrepasar la línea de edificación al nivel de cimientos.
- Sin talón. Implica que se diseñe el muro con mayor dimensión en la puntera de la zapata.
- Con talón, que se realizan de forma parecida a los primeros, sobrepasando la línea de edificación, proporcionando una gran estabilidad ante la posibilidad de vuelco por el tipo de terreno.
Según su función, los muros pueden ser:
- Para contener tierras, en cuyo caso hay que considerar la capacidad impermeable y de drenaje, con el fin de controlar el paso de agua desde el terreno al interior de una edificación.
- Para contener líquidos, para los cuales hay que cuidar la continuidad del material, evitando las filtraciones. Se consigue mediante un proceso de vibrado durante la aplicación del hormigón.
Aspectos que considerar para su construcción
A la hora de iniciar la construcción de un muro se comprueba que el replanteo y la cota superior de la zapata deben coincidir con los descritos en los planos del proyecto. La máxima tolerancia es de 2 centímetros.
Hay que asegurarse también de que el encofrado está limpio y tratado con desencofrante. De otro modo, no se garantiza el buen acabado del muro. De acuerdo al uso de cimbras y apeos, hay que considerar cuidadosamente las dimensiones, el peso del hormigón, el propio peso de las cimbras y valorar otras posibles sobrecargas. Las cimbras deben resistir una fuerza horizontal de al menos el 2 % de la fuerza vertical que soporten.
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