Un forjado es un elemento estructural (bidimensional) del edificio, que va a acabar soportando cargas perpendiculares al suelo. Para ser más visuales, si se dejara al descubierto el suelo de una planta hasta dejar lo necesario para que no se caiga, se vería el forjado. Hoy en día lo más común es que sean de metal, o mixtos de acero y hormigón. No hay que confundirlo con la viga; una pieza maciza de metal más simple, que solo puede ser unidimensional.
Sabiendo esto, un forjado inclinado es exactamente lo que su nombre da a entender. Una cubierta podría ser horizontal o inclinada, y ahí es donde se encuentra esta estructura.
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Ejemplos de uso de forjados inclinados
Las cubiertas inclinadas pueden hacerse con una idea estética o con una idea práctica. En zonas del sur con sol y un clima apacible, no tienen por qué ser necesarias. Pero si la climatología es adversa, ésta favorece una eliminación del agua (ya lluvia, nieve o granizo) más rápida. Entonces, ¿Dónde pueden colocarse los forjados inclinados?
- En viviendas. Tanto si son rústicas como si son modernas. Pueden favorecer un funcionamiento óptimo de placas solares y tragaluces. También sirven para crear más espacio e incluir en la vivienda una buhardilla. Así, la cubierta inclinada tiene muchos fines prácticos para aumentar la calidad de la vivienda.
- Edificios urbanísticos de baja o media altura. Al igual que con las casas, las cubiertas pueden adquirir un uso más clásico o moderno, sustituyendo las tejas por acabados lisos como planchas metálicas u hormigón. Podemos ver ejemplos de esto último en muchos museos y edificios vanguardistas.
- En rampas. Ya sea para aparcamientos o para habilitar un mejor acceso a edificios.
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