Las construcciones de naves hoy en día pueden ser muy eficientes si se cuentan con profesionales del hormigón armado que desarrollan la obra civil de manera que se permita el empotramiento de pilares durante las cimentaciones. Esto se realiza en el espacio que se deja para la conexión de los pilares con el suelo, y es posible gracias a los cálices.
Los cálices son unos cubos de hormigón armado dentro de los cuales son empotrados los pilares de la infraestructura. Forman parte del suelo de la estructura construida, una vez que toda la cimentación se ha completado.
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¿Cómo se hace una buena selección de cimentación?
Una vez que se han realizado todos los cálculos topográficos, la ingeniería puede seleccionar el tipo de cimentación adaptado a las características geotécnicas del terreno y de acuerdo a los cálculos de carga de la superestructura. A continuación, se determinan el número de pilares y elementos de la infraestructura (colocados en una sola etapa de construcción o en futuras ampliaciones) que deben ser conectados al suelo para transmitir, de forma distribuida, todas esas cargas sobre la superficie del hormigón armado, que se extiende sobre ese lecho del terreno y que luego de fraguado, será el suelo de la construcción.
Las cimentaciones pueden ser superficiales, de 4 tipos: zapatas aisladas, zapatas corridas o continuas, losas de cimentación y retículas de cimentación. O las profundas, opción que se considera cuando las características del terreno no garantizan que el peso de la estructura sea bien soportada. Los cálices pueden ser dimensionados para empotramientos tanto de pilares in situ como para aquellos que son prefabricados.
Estos aspectos técnicos son necesarios y fundamentales para nuestra empresa a la hora de realizar la construcción de una nave industrial con nuestro servicio de cimentación. Si quieres que trabajemos juntos no dudes en ponerte en contacto con nosotros sin compromiso. ¡Te responderemos lo antes posible!