Las juntas en el hormigón armado juegan un rol fundamental, precisamente, porque su función es unir con firmeza las piezas que conforman una estructura. Se pueden encontrar en el interior de la estructura o conectando las partes, así como marcando el límite existente entre piezas.
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Juntas de hormigón armado
Se repasan, ahora, los tipos de juntas más destacados:
1. Juntas de hormigonado (conocidas como juntas de trabajo): permiten conectar dos fases cuando se vierte el hormigón. Generalmente, se aplican de forma perpendicular a la biela de cortante. Esto hace posible que cuando se le agregue el contenido a la pieza, las fuerzas internas tiendan a cerrarla. Esta será inclinada en elementos como los muros de contención, sótanos o zanjas.
2. Juntas de construcción: al usarlas, se puede distinguir la separación existente entre las partes que componen cada una de sus piezas. Su función principal es unir, aunque limitando las partes entre sí. Un ejemplo de este tipo es el de las juntas en soleras, enlazadas a través de pasadores (las que se realizan entre las soleras y los muros de contención).
3. Juntas de retracción y dilatación: ofrecen la posibilidad de separar los elementos que conforman las estructuras de hormigón, los cuales responden de manera diferente a estímulos, como, por ejemplo, los cambios de temperatura.
Así, es posible evitar la generación de tensiones internas de continuidad, algo fundamental para impedir la fractura de la pieza. En algunos casos, para hacer las juntas de dilatación, se duplica la estructura. Por otra parte, en los muros, estas juntas se construyen en su interior (coincidiendo con las juntas constructivas).
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