En 2008, estalló una burbuja financiera que en España se asoció mayoritariamente al sector inmobiliario. No parecía que este volviera a crecer, al menos en un tiempo. Por lo que parece, ese momento quizás ha llegado y nos encontramos con datos que nos indican que la construcción de vivienda nueva parece situarse en la senda del crecimiento. Eso sí, sin llegar a los niveles de aquella burbuja. Esto es una buena noticia para todos aquellos que intervenimos en el proceso de construcción inmobiliaria. Desde las empresas que crean las estructuras de hormigón, hasta los pintores o electricistas, pasando por los arquitectos e incluso los notarios.
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El sector inmobiliario en alza
Algunos medios de comunicación alertan de posibles tensiones en un crecimiento que en 2016 volvió a batir récords. Sin embargo, los expertos nos tranquilizan, pues los datos parecen hablar de estabilidad más que de burbujas. De hecho, los mayores incrementos de precios se dan en grandes ciudades como Madrid o Barcelona, en las que hay escasez de este producto. Pero venimos de una corrección muy fuerte que hoy solo estamos compensando en parte. Comprobamos que están creciendo las firmas de visados para nuevas viviendas y también las perspectivas de revalorización. Todo esto, unido a las facilidades de financiación, está creando expectativas positivas en constructores y promotores. Su reflejo es un crecimiento de las ventas, sobre todo, por medio de la construcción de viviendas nuevas. De hecho, la de segunda mano, aunque poco a poco aumenta, lo hace de forma muy modesta.
En definitiva, un sector que aún puede ofrecer mucho, pero en el que se debe tener especial cuidado con la posibilidad de volver a experimentar nuevas burbujas. Debemos recordar que venimos de una crisis motivada en parte por él y hay que aprender del pasado. Solo esto evitará que cometamos los mismos errores en el futuro.
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